miércoles, 17 de septiembre de 2014

Otoño



Huele, se siente el otoño, nos cita en el calendario. 
En el aire serpentea el viento fresco de la melancolía. 

A través de la ventana se aprecia una mujer solitaria;
Evoca un sol ya sin carne de fuego y oro. 

De nuevo vuelve a quedar la piel como único calor, 
Y una imagen velada nos transforma en Ícaros de otoño.






martes, 8 de julio de 2014

Colores

I

Todos los días, un perseverante padre se zambulle en el mar con su hijo inválido en brazos. 

Cojo el tren; mientras, pasa despacio un mercancías con los vagones pintados que circula ajeno a la estación .

Un baño de kilómetros me cubre por dentro, y mis ojos absorben el dorado pajizo de las siembras latentes.


II

El hombre toma en brazos a su delgado e inmóvil hijo y le sumerge en el agua verde; su sonrisa es el brillo titilante de esa esmeralda engarzada en la tierra.

Lo que yo veo es polvo, espuma seca levantada del terreno por las cosechadoras amarillas, fuertes como escarabajos.

Es plano el mar del que ahora hablo, como lo son estas llanuras, como lo es el cielo. Los colores, ya digo, son sencillos. Verde, amarillo y azul, hoy pálido. 


III

En el mar, donde el padre hace feliz a su hijo cada mañana, hay un barco hundido.

En la llanura, donde sudan los hombres, hay viñedos y pinos exultantes, borrachos de agua.


En el cielo, las nubes enmarañadas velan la luz de este día en el que espero reconfortar mi corazón como el muchacho mecido en el mar por el afán de su padre.

lunes, 30 de junio de 2014

Ventana

Me gustaría que mi ventana, en las noches de verano, fuera un pájaro blanco.


sábado, 21 de junio de 2014

Calor

Producto del sol. Producto del sueño. Indudable producto del tiempo fibroso que expone la blancura y los colores, la carne y la blandura: quiero mojar un beso en tu piel.



Resbalo, caigo por el pálido tobogán como entre las formas excitantes de las palabras escritas, rejas en las que se enreda la melena negra en la que flota la flor.

Busco un hueco entre los sonidos, adorables puñales, busco el hueco en el agua, y aparece de pronto el silencio. Ahora tengo que andar en él como entre la maleza.







miércoles, 14 de mayo de 2014

Vencejos


Los vencejos  remueven  el cielo hace días; festonean el atardecer con anárquicos dibujos y celebran la luz vivida con estrepitosos chillidos. Bordan la mañana con vainica doble, volando indiferentes a las elegantes golondrinas. Malabaristas del  circo cuya carpa es el calor prometido .        


Trapecistas en las antenas y cables, saltimbanquis del barro . Payasos de pico negro y bromas de movimiento que espantan el frío. Los vencejos, que ya están por fin sobre mi cielo, juegan con mi mirada y me hacen sonreír en los oídos     


Chapotean en el mar de oro que resbala por los tejados y salpican, como espuma, el pasear sencillo de la gente . Son motas de tiempo, tildes de un lenguaje que sabe de mapas. Negros botones del único traje antiguo que aún conservo.




miércoles, 7 de mayo de 2014

Las hayas

           Tuve la ilusión de ser un foco bajo las hayas. La primavera les hacía arder de luz, en sus hojas nuevas. El sol de una mañana vestida de gala serpenteaba en ellas y se volvía limpia acuarela y delicado suspiro.

Me rondaron las hayas con mil caricias de flecos blancos. Rodeada, tuve la paz y el brillo de la pequeña luciérnaga. En el reposo sus alientos cálidos amaron sobre el amor mi piel, que ya era tierra y era bosque.




Tuve la ilusión de ser luz tendida bajo las hayas. Merodeaba tu respiración, brisa verde; la fuerza del corazón se derramaba. Sentimos, con el llanto del recién nacido, que éramos estrellas sopladas por el sol en su cortejo de mayo.


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miércoles, 23 de abril de 2014

Las amapolas

Bruñe el sol las praderas, seca sus lluvias, apacigua los vientos y les hace brotar sangre. Borbotean entre el verde sus gotas, manantial del corazón enterrado en el centro. Burbujas de tiempo.Pequeños volantes vivos que se ondulan hacia el infinito; bailan  y se rizan retadores con su fragilidad como arma.    
    
Besos furtivos son sus pétalos. Son suaves como labios perdidos.   

Mi mirada se baña en esta agua roja, donde estuvo el frío blanco del dulce almendro. Aquí me cegó la belleza de la última primavera incrustada en el invierno. Aquí me encuentro. Esta delicada hoguera no quema, el manto verde me refresca con el tacto de las lágrimas que ya cayeron.