viernes, 24 de enero de 2014

El viejo



Un viejo, más tortuga que hombre, pasea despacio entre los bancos del andén. De los viajeros busca cualquier cosa, una limosna no de dinero que le llene el tiempo. Es un árbol sin raíces, un lapicero sin mina; ya no ama.

En otra época su cuerpo estuvo poblado de guindas. Bocados rojos de amor le rodaron por las venas en un atardecer de otoño. Con sus ojos retó a la estrella más cercana, y a menudo la noche le cubrió de rocío.

Hoy es transparente: se le han apagado las luces en un derroche de negro. El silencio le ahueca, en su alma no quedan más que jirones de lana entumecida. Los demás solo perciben a su paso un aire turbio, apenas soplo.



 
“Todos poseen un límite: cada
Uno tiene un matiz de daño muy distinto…”

Del poema “Asilo de ancianos”, de W.H. Auden


viernes, 10 de enero de 2014

Enero



A ras del suelo un espeso aliento empaña el espacio cristalino. Huele a humo y el fuego es el rubí del tesoro perdido.


La primavera está inmersa en el frío, bañada en cristales. En Enero, la primavera es un vuelo del alma que aún no sabe bien lo que es el tiempo.