sábado, 11 de abril de 2015
La pluma
En el borde de la ventana y en las ramas de los árboles, delicado pájaro.
Desde allí una pluma blanca cae con insuperable suavidad y cadencia. Casi no es materia.
Dibuja unas ondas transparentes, las mismas que yo escribo con mis caricias en tu espalda.
La imagen se detiene. Permanece ingrávida ante tus ojos: ¿quizá tan fino tejido te pertenezca?
Para mí, un aire de luz, un océano de vida en el que me diluyo.
A cada paso me deshago. Cada tramo que recorro al separarme de ti me borra.
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