Parece que el agua respira por mí; en el azul mis sentidos se diluyen y mi cuerpo se alarga hasta hundirse en esta gelatina húmeda y tibia que me abraza. De regreso, aún queda azul en el cielo, profundo e inmenso como el agua; en él mis sensaciones se renuevan mientras me despido del día en la soledad del crepúsculo.
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