domingo, 30 de noviembre de 2014

Tormenta



Suenan las campanas. La calle está solitaria y el sonido se graba en el adobe de la vieja tapia como si fuera un recuerdo. 


Llovió con gruesas gotas que estallaban como globos en la acera. Su pecho se estremecía bajo la caricia húmeda de la tela mojada, y en su camisa blanca se dibujaba un relámpago. El mar luego se quedó en calma. Tras la tormenta el sol se fundió en el agua tranquila.


El romero ilumina la vereda con su olor, es una candela verde. Y el tiempo es la espada, el rojo gladiolo que mece su color en mi sangre. 


Mar en calma, tras la tormenta.         
   Yo también me marché, como la gaviota que ella hizo volar con sus manos alegres.   













domingo, 26 de octubre de 2014

El hilo


Estamos hechos de polvo de estrellas y las cenizas de los astros se inquietan en nuestras venas en busca del firmamento. 





El paso del tiempo se marca con los ruidos de la vida que respira sobre las aceras. Y con la luz, que no se agota y arropa los cuerpos como escurridiza sábana de seda.




Nos anudamos unos a otros como las gotas de agua en la ola que barre la arena.




martes, 30 de septiembre de 2014

Las viñas de otoño



El otoño sangra sobre las viñas, muda púrpuras sus hojas.
Se envuelven con el sol tibio, confunden sus graves colores, porque el frío brota poco a poco.

  

Se quedarán después desnudas y desvaídas en su esqueleto negro. 
Alargarán sus nervios, sus dedos, para asir en el aire fantasmas que no se manchan de barro. 



En el silencio se oye su miedo a no despertar.
Temen que su verde de primavera quede cautivo en los nudos negros de su ropaje de invierno.

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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Otoño



Huele, se siente el otoño, nos cita en el calendario. 
En el aire serpentea el viento fresco de la melancolía. 

A través de la ventana se aprecia una mujer solitaria;
Evoca un sol ya sin carne de fuego y oro. 

De nuevo vuelve a quedar la piel como único calor, 
Y una imagen velada nos transforma en Ícaros de otoño.






martes, 8 de julio de 2014

Colores

I

Todos los días, un perseverante padre se zambulle en el mar con su hijo inválido en brazos. 

Cojo el tren; mientras, pasa despacio un mercancías con los vagones pintados que circula ajeno a la estación .

Un baño de kilómetros me cubre por dentro, y mis ojos absorben el dorado pajizo de las siembras latentes.


II

El hombre toma en brazos a su delgado e inmóvil hijo y le sumerge en el agua verde; su sonrisa es el brillo titilante de esa esmeralda engarzada en la tierra.

Lo que yo veo es polvo, espuma seca levantada del terreno por las cosechadoras amarillas, fuertes como escarabajos.

Es plano el mar del que ahora hablo, como lo son estas llanuras, como lo es el cielo. Los colores, ya digo, son sencillos. Verde, amarillo y azul, hoy pálido. 


III

En el mar, donde el padre hace feliz a su hijo cada mañana, hay un barco hundido.

En la llanura, donde sudan los hombres, hay viñedos y pinos exultantes, borrachos de agua.


En el cielo, las nubes enmarañadas velan la luz de este día en el que espero reconfortar mi corazón como el muchacho mecido en el mar por el afán de su padre.

lunes, 30 de junio de 2014

Ventana

Me gustaría que mi ventana, en las noches de verano, fuera un pájaro blanco.


sábado, 21 de junio de 2014

Calor

Producto del sol. Producto del sueño. Indudable producto del tiempo fibroso que expone la blancura y los colores, la carne y la blandura: quiero mojar un beso en tu piel.



Resbalo, caigo por el pálido tobogán como entre las formas excitantes de las palabras escritas, rejas en las que se enreda la melena negra en la que flota la flor.

Busco un hueco entre los sonidos, adorables puñales, busco el hueco en el agua, y aparece de pronto el silencio. Ahora tengo que andar en él como entre la maleza.