Me
traes la magia de un sueño antiguo.
Me
levantas tus pestañas
justo hasta la altura
donde
yo tengo puesto lo esperado.
y no te escindo de mí,
como no puede hacerlo Orión
con sus estrellas.
La habitación es clara, la
luz bate el calor y su espuma se desperdiga del mismo modo que los sueños en un
cuento. Afuera está el mar, está la vida, y sin embargo yo, aquí, lo tengo
todo. Se abandonan las sábanas, se derriten cama abajo. Con el soplo circular
nos llega un olor a mundo, a principio. Así esperamos, con nuestras pieles
enlazadas, la caricia del húmedo suspiro cenital.